Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Colombia tiene una gran variedad de productos y servicios de diferentes sectores con potencial para llegar a mercados internacionales, gracias a su calidad y valor agregado, pero no está aprovechando esa ventaja en su totalidad.
Y es que el gran reto que del país es incrementar la participación de empresas en procesos de internacionalización, si se tienen en cuenta las cifras del Informe Nacional de Competitividad, entre 2011 y 2020, que indican que alrededor de 41.070 empresas colombianas realizaron ventas al mercado externo.
Año a año, el número de empresas exportadoras fue de 10.300 en promedio, las cuales representaron cerca del 1 % del total de empresas registradas en Colombia.
Aunque este panorama no es alentador, un alivio para el país es que esto no se debe a la mala calidad de sus productos, sino a un desconocimiento de los procesos de internacionalización y la falta de oferta atractiva hacia los mercados internacionales en términos de volúmenes.
De hecho, si analizamos las cifras de las exportaciones del 2022 con respecto al 2021, estas tuvieron un incremento en las ventas totales del 38 %, según el Informe de Exportaciones de Colombia de la Oficina de Estudios Económicos del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. El problema radica en que las ventas se han concentrado solo en el sector minero-energético; por eso, es importante trabajar en la diversificación de las exportaciones.
Para ampliar esta explicación, El Espectador habló con Sandra Milena Chacón, decana de la Escuela de Administración, y Sebastián Giraldo, director del programa de Administración de Negocios Internacionales de la Universidad del Rosario, quienes expusieron sus puntos de vista frente a las posibles soluciones y el entendimiento de las dinámicas del mercado exterior desde la perspectiva nacional.
“Según el Banco de la República, Colombia no ha explotado su potencial exportador porque los incentivos para hacerlo han sido magros, resultado de la alta protección a la producción local, de una infraestructura escasa y de servicios logísticos costosos. Por otra parte la falta de conocimiento, formación, preparación y acompañamiento para la internacionalización se convierte en un factor decisivo a la hora de exportar” aseguraron.
Por esto, agregan que habrá que acompañar con medidas que faciliten el comercio y el desarrollo productivo, lo cual requiere profesionales expertos en procesos de internacionalización de empresas, ya que gracias a la formación en esta área, los empresarios pueden identificar las estrategias de negociación, mercadeo, finanzas, logística y de talento humano necesarias para potencializar las empresas y llevarlas a nuevos países.
En este sentido, la Universidad del Rosario se ha interesado en suplir esta necesidad con su programa de Administración de Negocios Internacionales, el cual ofrece contenidos de vanguardia que combinan la práctica con la teoría, a través de metodologías de aprendizaje innovadoras y experienciales. Durante el proceso académico, los estudiantes pueden aprender de la mano de empresarios vinculados como profesores e invitados en las aulas de clase.
“El relacionamiento con el sector empresarial y los laboratorios ofrecidos por el programa permiten que el estudiante aprenda mientras resuelve los retos actuales de las empresas, proponiendo soluciones y estrategias de internacionalización a las empresas. También se realizan visitas empresariales y período de práctica para completar la inmersión al mundo empresarial”, explican Chacón y Giraldo.
Por otro lado, la internacionalización es fundamental para este programa, por lo cual los estudiantes desarrollan competencias interculturales gracias a los profesores y compañeros internacionales, asignaturas en inglés y proyectos internacionales en las clases que les permiten interactuar con estudiantes y empresarios en otros países.
Además, el programa ofrece intercambios con más de 140 universidades y también brinda la posibilidad de cursar una doble titulación en países como Francia, España, Países Bajos o Austria.
“Esto hace parte del esfuerzo que debemos tener por acercar al sector empresarial y a la academia, generando espacios de encuentro y ejercicios aplicados que permitan mejorar los resultados de las empresas y aumentar los procesos de internacionalización. Asimismo, debemos analizar las alianzas estratégicas y consolidar un ecosistema entre empresa, academia y Gobierno que permita fortalecer los encadenamientos productos. Esto permitiría tener productos con alto valor, garantizar una calidad sofisticada, y tener una trazabilidad de los mismos para favorecer la sostenibilidad económica, social y ambiental”, puntualizan los expertos.
La tarea de las empresas
Con la diversidad de productos, la capacidad de movilidad, la globalización y la competencia para intercambiar bienes y servicios, se cuenta con las facilidades y accesibilidad a la información para poder internacionalizar cualquier organización.
Sin embargo, Chacón y Giraldo coinciden en la importancia de consolidar una alianza entre el sector empresarial y la academia, que permita involucrar procesos de investigación aplicada para generar transformaciones en las organizaciones y agregar valor desde el punto de vista de producción y servicio.
La solución que proponen para lograrlo es poder potencializar los espacios de encuentro, y por eso extienden una gran invitación para que los empresarios puedan aprovechar a todos los profesores y estudiantes, además de los espacios, laboratorios y recursos de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario.